lunes, 9 de noviembre de 2015

james rodriges



Este es el retrato de un niño que se hizo popó en los pantalones en un entrenamiento, que celebraba su cumpleaños con ponqués en forma de estadio y que jugaba fútbol en apartamentos de 80 metros.


En vez de nadar en las piscinas, se quedaba por fuera pateando balones; un niño que no paraba de narrar partidos inventados del fútbol argentino en sus viajes en bus, que quería hacer el centro y meter el gol de cabeza y que, un día, se transformó en un personaje sobrenatural. Dos meses de investigación y veinte personas consultadas crearon esta historia sobre James Rodríguez, un colombiano que por cuenta de los contratos publicitarios y el fichaje con el club más poderoso del mundo, solo puede dar declaraciones armadas y nos dejó hambrientos de sus palabras. Pero aquí están más de cincuenta cosas que no nos pudo decir.

ACADEMIA TOLIMENSE SE CONSAGRÓ CAMPEÓN DEL TORNEO PONY FÚTBOL EN 2004, LUEGO DE VENCER EN LA FINAL 2-0 AL DEPORTIVO CALI, CON GOL OLÍMPICO INCLUIDO DE JAMES RODRÍGUEZ. EL CUCUTEÑO ADEMÁS FUE EL MEJOR JUGADOR Y EL GOLEADOR DEL TORNEO CON NUEVE TANTOS.

Yo jugué contra James Rodríguez. Nada profesional, claro. Ambos estudiamos en el Colegio Tolimense, de Ibagué. Él tenía diez años y lo enfrenté en un campeonato interclases y en el patio de recreo. ¿Cuál fue el marcador de esos partidos? No recuerdo, quizá nos ganaron, pero sí recuerdo lo duro que le pegaba al balón. Todos nos poníamos de espaldas cuando pateaba. Nunca fuimos amigos ni cruzamos saludo alguno.
La última vez que lo vi fue en diciembre de 2010, llevaba cinco o seis meses en el Porto, en Portugal, ya tenía 18 años y entraba con dos amigos al Cinemark del Centro Comercial Multicentro, en Ibagué. Nos tomamos una foto con mi teléfono. “¿Quién es él?”, me preguntó mi novia. Cuatro años después, mi novia, por supuesto, ya sabía quién era él, como el resto del planeta Tierra, y se convirtió en un ser sobrenatural. Luego del Mundial Brasil 2014, James ganó muchos superpoderes, pero perdió el más humano y especial: el don del habla. Hoy, ni su familia ni amigos ni él mismo pueden hablar sin pedirle permiso a Jorge Mendes, su representante –el mismo de Cristiano Ronaldo, Ángel Di Maria y Radamel Falcao García– o al Real Madrid, su equipo. “Un momento, dígame si sí o no”, insistí por teléfono con la persona que me contestó en Teatro Barceló, una discoteca donde me dijeron que suele ir con Cristiano Ronaldo a la zona privada de La Luna a bailar reguetón. “Por política no hablamos de ninguno de nuestros clientes”, me dijeron y colgaron.
¿Será posible hablar con alguien de su círculo cercano? ¿Será posible decir algo que no esté en las tres biografías que se han escrito sobre él ni en los 138 millones de resultados que arroja su nombre en Google? Hubo un tiempo en que James Rodríguez recibía a los periodistas en su apartamento en Mónaco y comía lasaña con ellos en la mesa, que daba tantas entrevistas que a veces dejaba de almorzar y hacía esperar en el bus a sus compañeros de Banfield. Incluso, daba entrevistas a programas de chismes donde le preguntaban “¿qué color de ropa interior le gusta que use su esposa?”. “¿Hace oficios caseros?”. “¿Qué país quiere conocer?”. Andrés Marocco, periodista del programa Hablemos de fútbol, de ESPN, recuerda que James sudaba mucho en los cortes comerciales de una entrevista que le hizo. “No sé si era por los nervios, por las luces o por los dos”, cuenta Marocco de la época en que James no paraba de hablar, a pesar de su timidez y su problema de dicción. Incluso, la gente que lo conocía podía hablar sobre él. El periodista David Álvarez lo entrevistó para la revista Bocas, en diciembre de 2012, y presenció cómo unos meseros le hacían bromas pesadas sin miedo a que un periodista los viera. Le sirvieron panes en forma de pene y hablaban sobre la velocidad con la que supuestamente bebía alcohol: “‘James se bebe esto así’. El camarero agarra la botella de oporto y se la lleva a la boca como si intentara vaciar una cantimplora en la mitad del desierto”, escribió Álvarez. Pero ese James ya no existe.
Uno de los últimos periodistas colombianos que lo vio antes de convertirse en un ser sobrenatural fue Gabriel Meluk, editor de deportes del diario El Tiempo. En una sala blanca y limpia como de hospital, esperó cinco horas a que James terminara el entrenamiento, una sesión de fisioterapia, una ducha y un almuerzo en la Ciudad Real Madrid, en Valdebebas, un complejo de 1’200.000 m² que cuenta con instalaciones médicas y de entrenamiento, doce campos de juego, estadio, residencias para los jugadores y 800 parqueaderos. Tuvo sólo ocho minutos y cuarenta segundos de entrevista con él, donde James únicamente habló del equipo, el equipo, el equipo y el equipo: “Fue un día único, un día en el que todos hicimos historia como equipo”, “yo sólo quiero ser uno más del equipo, sólo quiero ayudar siempre”. Así son los superhéroes en público. ¿También será así en la vida real?
Este año, 2015, James podría ganar cerca de quince millones de dólares, diez por patrocinios –de marcas como Adidas, Pepsi, Gatorade, Bimbo, Milo, Bronzini y Huawei–, cuatro por sueldo y uno por bonificaciones de goles. Según BBC Mundo, James recibirá en siete minutos lo mismo que un colombiano con el salario mínimo en una semana. Nada mal para un superhéroe que se convirtió, sin duda, en el colombiano más caro en la historia del fútbol –el Real Madrid pagó ochenta millones de euros por sus derechos y deportivos– y el quinto más cotizado de todos los tiempos, detrás de Ronaldo, Bale, Neymar y Luis Suárez. Es, además, el extranjero más joven en debutar y marcar un gol en la primera división del fútbol argentino; el primer y único colombiano en haber sido goleador de un mundial de fútbol, el que más se valorizó durante Brasil 2014, el primero en marcar en los tres partidos de la fase de grupos, en ganar el Premio Puskas a mejor gol y el primer sudamericano no brasileño y no argentino con seis goles en ese certamen.

CARNÉS DE LA LIGA DE FÚTBOL DEL TOLIMA EN LAS CATEGORIAS PREINFANTIL E INFANTIL.

JAMES RODRÍGUEZ, CON ACADEMIA TOLIMENSE, RECORRIÓ VARIAS CIUDADES, COMO ARMENIA, CÚCUTA, BARRANQUILLA, Y SANTA MARTA, EN DONDE VARIOS NIÑOS APROVECHARON PARA CONOCER EL MAR EN EL RODADERO.





EL EQUIPO MÁS IMPORTANTE QUE HA CONFORMADO JAMES ES SU FAMILIA: JUAN CARLOS RESTREPO, SU PADRASTRO; PILAR, SU MAMÁ, Y JUANA VALENTINA, SU HERMANA, HAN SIDO UN APOYO FUNDAMENTAL EN SU CARRERA..


EL EQUIPO MÁS IMPORTANTE QUE HA CONFORMADO JAMES ES SU FAMILIA: JUAN CARLOS RESTREPO, SU PADRASTRO; PILAR, SU MAMÁ, Y JUANA VALENTINA, SU HERMANA, HAN SIDO UN APOYO FUNDAMENTAL EN SU CARRERA.

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